lunes, 31 de mayo de 2010

FRANCISCO JOSE DE CALDAS


FRANCISCO JOSE DE CALDAS


(Francisco José de Caldas y Tenorio; Popayán, 1768 - Santafé de Bogotá, 1816) Geógrafo y naturalista colombiano. Sin apenas disponer de medios adecuados de trabajo, en las "tinieblas" que rodeaban a América, según su propia expresión, realizó investigaciones y descubrimientos que sorprendieron a hombres tan ilustres como Mutis y Humboldt, de los que fue amigo y compañero.
Francisco José de Caldas
Miembro de la segunda generación de ilustrados hispanoamericanos, Francisco José de Caldas, llamado "el Sabio", mostró desde niño gran interés por las matemáticas, las ciencias físicas y la astronomía. Tras cursar estudios en su tierra natal, se trasladó a Santafé y se graduó como jurista sólo para dar gusto a su familia, pues pronto regresó a Popayán y decidió dedicarse a lo que más le interesaba: la astronomía, las matemáticas y las ciencias físicas.
En 1795 debió dedicarse al comercio de ropas en Quito, La Plata y Timaná, oportunidad que aprovechó para determinar la posición geográfica de los lugares que visitaba y para realizar observaciones de la naturaleza, usos y costumbres de los distintos pueblos. Su equipo de trabajo básico se componía de un barómetro, una brújula y un termómetro. Cuando no conseguía los instrumentos que necesitaba los construía él mismo: fabricó un gnomón, un cuadrante solar y otros instrumentos de medición.

FRANCISCO JOSE DE CALDAS

FRANCISCO JOSE DE CALDAS


(Francisco José de Caldas y Tenorio; Popayán, 1768 - Santafé de Bogotá, 1816) Geógrafo y naturalista colombiano. Sin apenas disponer de medios adecuados de trabajo, en las "tinieblas" que rodeaban a América, según su propia expresión, realizó investigaciones y descubrimientos que sorprendieron a hombres tan ilustres como Mutis y Humboldt, de los que fue amigo y compañero.
Francisco José de Caldas
Miembro de la segunda generación de ilustrados hispanoamericanos, Francisco José de Caldas, llamado "el Sabio", mostró desde niño gran interés por las matemáticas, las ciencias físicas y la astronomía. Tras cursar estudios en su tierra natal, se trasladó a Santafé y se graduó como jurista sólo para dar gusto a su familia, pues pronto regresó a Popayán y decidió dedicarse a lo que más le interesaba: la astronomía, las matemáticas y las ciencias físicas.
En 1795 debió dedicarse al comercio de ropas en Quito, La Plata y Timaná, oportunidad que aprovechó para determinar la posición geográfica de los lugares que visitaba y para realizar observaciones de la naturaleza, usos y costumbres de los distintos pueblos. Su equipo de trabajo básico se componía de un barómetro, una brújula y un termómetro. Cuando no conseguía los instrumentos que necesitaba los construía él mismo: fabricó un gnomón, un cuadrante solar y otros instrumentos de medición.
Después de diversos experimentos observó que "la temperatura del agua destilada, en ebullición, es proporcional a la presión atmosférica", nueva ley física que le permitió medir las alturas mediante nuevos procedimientos y que sería utilizada después por Humboldt, quien sorprendentemente se olvidó en este caso del inventor. El denominado hipsómetro, instrumento por él inventado, sirve para medir la altitud de un lugar, observando la temperatura que alcanza en ese sitio el agua cuando empieza a hervir.
En 1801 publicó "La verdadera altura del Cerro de Guadalupe" en el Correo Curioso y Mercantil. Interesado en la botánica, Caldas se había relacionado con el sabio José Celestino Mutis y, a través de éste, con el alemán Alexander von Humboldt, quien preparaba un viaje a Quito. El alemán quedó sorprendido de la precisión de los instrumentos del caucano, pero rechazó su propuesta de acompañarlo en el viaje que proyectaba por América.
Tras permanecer tres años y medio de estudio e investigación en Ecuador, en 1804 Caldas publicó Viaje de Quito a las costas del océano Pacífico por Malbucho y Viaje al corazón de Barnuevo. Al año siguiente se vinculó como astrónomo a la Real Expedición Botánica y fue nombrado director del Observatorio Astronómico de Santafé. El año 1808 fue el más importante de su vida: comenzó la publicación del Semanario del Nuevo Reino de Granada, que posteriormente completaría con las Memorias, donde apareció el grueso de su obra científica. En 1810 se casó con María Manuela Barona.
Con el advenimiento de la Independencia, Caldas se dedicó al estudio de la ciencia militar, ya que el presidente Nariño lo nombró capitán del Cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos y después se le encargó la publicación del Almanaque de las Provincias Unidas del Nuevo Reino de Granada y otras misiones, pero la guerra contra los españoles lo contó entre sus víctimas. Cuando la capital cayó en manos de los realistas, huyó al sur y se refugió en la hacienda familiar de Paispamba, donde fue apresado y remitido, junto con otros patriotas, a Santafé. El primer científico colombiano fue condenado a ser fusilado por la espalda, ejecución que se aplicó el 29 de octubre de 1816. El presidente del tribunal que lo juzgó dijo por su cuenta aquello de que "España no necesita de sabios"; pero España se sintió más tarde avergonzada de la incultura y crueldad de su representante y dedicó al ilustre Caldas una placa de mármol en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Su labor científica y literaria se encuentra esencialmente recogida en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, que se publicó semanalmente de 1808 a 1809 y continuó en cuadernos mensuales hasta 1810, en que fue suspendido. En él vieron la luz dos trabajos fundamentales del ilustre hombre de ciencia: Estado de la geografía del Virreinato de Santa Fe de Bogotá con relación a la economía y al comercio y Del influjo del clima sobre los seres organizados. En sus famosas Cartas se advierte la influencia de Rousseau, de Feijoo y de Jovellanos, y en toda su obra, una tendencia europeizante, un esfuerzo titánico por incorporar a América la tradición cultural europea. En su labor al frente del Diario Político, órgano de la lucha por la independencia, en su artículo necrológico sobre Mutis, en sus informes y hasta en sus estudios botánicos, hay una indudable calidad literaria, producto del instinto artístico de este extraordinario hombre de ciencia neogranadino.

ANTONIO NARIÑO


ANTONIO NARIÑO


Antonio de la Santísima Concepción Nariño y Álvarez (Santafé de Bogotá, 9 de abril de 1765 - Villa de Leyva, Colombia, 13 de diciembre de 1823). Conocido junto con Francisco de Miranda y Eugenio Espejo como uno de los precursores de la emancipación americana del Imperio español, fue uno de los líderes militares y politicos más comprometidos con la insurrección y la independencia en Colombia, entonces conocida como Virreinato de Nueva Granada. Fue el primero en traducir al castellano, en la America Hispana, los Derechos del Hombre y del Ciudadano. También es conocido como 'El padre del periodismo político en Colombia', sin embargo, se entra en continua discusión acerca de su posible reconocimiento como 'el padre del periodismo en Colombia', debido a que este titulo se le atribuye al cubano Don Manuel del Socorro Rodríguez.

miércoles, 26 de mayo de 2010

HIMNO NACIONAL DE COLOMBIA


CORO

¡Oh gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal!
En surcos de dolores
El bien germina ya.




Primera estrofa.



Cesó la horrible noche

La libertad sublime

Derrama las auroras

De su invencible luz.

La humanidad enterno

Que entre cadenas gime,

Comprende las palabras

Del que murió en la cruz


Segunda estrofa.


"Independencia" grita

El mundo americano:

Se baña en sangre de héroes

La tierra de Colón.

Pero este gran principio:

"el rey no es soberano"

Resuena,

Y los que sufren

Bendicen su pasión.


Tercera estrofa.


Del Orinoco el cauce

Se colma de despojos,

De sangre y llanto un río

Se mira allí correr.

En Bárbula no saben

Las almas ni los ojos

Si admiración o espanto

Sentir o padecer.


Cuarta estrofa.


A orillas del Caribe

Hambriento un pueblo lucha

Horrores prefiriendo

A pérfida salud.

!Oh, sí¡ de

Cartagena

La abnegación es mucha,

Y escombros de la muerte

desprecian su virtud.


Quinta estrofa.


De Boyacá en los campos

El genio de la gloria

Con cada espiga un héroeinvicto coronó.

Soldados sin coraza

Ganaron la victoria;

Su varonil aliento

De escudo les sirvió.


Sexta estrofa.


Bolívar cruza el Ande

Que riega dos océanos

Espadas cual centellas

Fulguran en Junín.

Centauros indomables

Descienden a los llanos

Y empieza a presentirse

De la epopeya el fin.


Séptima estrofa.


La trompa victoriosa

Que en Ayacucho truena

En cada triunfo crece

Su formidable son.

En su expansivo empuje

La libertad se estrena,

Del cielo Americano

Formando un pabellón.


Octava estrofa.


La Virgen sus cabellos

Arranca en agonía

Y de su amor viuda

Los cuelga del ciprés.

Lamenta su esperanza

Que cubre losa fría;

Pero glorioso orgullo

circunda su alba tez.


Novena estrofa.


La Patria así se forma

Termópilas brotando;

Constelación de cíclopes

Su noche iluminó;

La flor estremecida

Mortal el viento hallando

Debajo los laureles

Seguridad buscó


Décima estrofa.


Mas no es completa gloria

Vencer en la batalla,

Que al brazo que combate

Lo anima la verdad.

La independencia sola

El gran clamor no acalla:

Si el sol alumbra a todos

Justicia es libertad.

Undécima estrofa.


Del hombre los derecho
Nariño predicando,

El alma de la lucha

Profético enseñó.

Ricaurte en San Mateo

En átomos volando

"Deber antes que vida",

Con llamas escribió.